Está chequeado: los metaleros son más felices que los que prefieren otros estilos musicales. Así lo demostró el estudio titulado The Life Experiences And Mid-Life Functioning Of 1980s Heavy Metal Groupies, Musicians And Fans, publicado recientemente en el diario de la asociación internacional Self And Identity.
El estudio se basó en 377 casos, y demostró que quienes fueron fanáticos del Heavy Metal cuando eran chicos, “eran significantemente más felices en su juventud” y actualmente “se adaptan mejor” que las personas que preferían otra música.
Si bien –y como era de esperarse–, el estudio admite que “los entusiastas del metal experimentaron generalmente vidas traumáticas y riesgosas del estilo sexo drogas y rock and roll”, también infiere que “la identidad metalera también les sirvió como un factor de protección ante circunstancias negativas”. Esto se debe a la identificación entre pares y al apoyo social grupal.
Igual no todo es color de rosas: quienes llevaron a cabo el estudio dejaron entender que los más afectados “por el estilo de vida rockero” fueron más reacios a participar de esta encuesta, y eso claramente llevó la tendencia de los resultados hacia un área mucho más suavizada.
Por otra parte, otro estudio reciente hecho por la Universidad de Queensland en Australia puso en la lupa la creencia general de que el hecho de escuchar géneros pesados como metal, punk o hardcore causa sentimientos violentos. Lo que demostró esa investigación fue que, en vez de generar furia, esos estilos extremos ayudan a las personas a “procesar la ira”.
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