Según ha informado Reuters, los dueños del club Colectiv de Bucarest (Rumanía), Costin Mincu, Alin George Anastasescu y Paul Gancea, han sido detenidos por homicidio involuntario después del incendio que se desató durante el concierto de GOODBYE TO GRAVITY, que ha dejado 32 muertos y alrededor de 200 heridos (90 de ellos siguen ingresados en estado grave).
Entre las víctimas mortales se encuentran Vlad Telea y Mihai Alexandru, guitarristas de GOODBYE TO GRAVITY. El cantante Andrei Galut está con quemaduras en el 45% de su cuerpo, y el bajista Alex Pascu y otro miembro del grupo también han sido hospitalizados con heridas graves.
Los fiscales han señalado las graves deficiencias de seguridad del local: "Datos y evidencias han demostrado que el fuego ocurrió porque la gente que administraba el local fomentó y permitió el acceso a un número de personas superior al aforo del club, en un espacio que no contaba con más salidas de emergencia. Los propietarios permitieron un espectáculo pirotécnico dentro de la sala, que contenía materiales fácilmente inflamables instalados de forma ilegal para evitar costes adicionales".
El concierto de GOODBYE TO GRAVITY tenía lugar el club Colectiv, antiguamente una fábrica, que tenía una única puerta de salida. La banda celebraba con un show el lanzamiento de su nuevo disco, "Mantras Of War", ante una audiencia de unas 400 personas.
El fuego se desató cuando los fuegos artificiales del grupo fallaron, incendiando dos pilares de espuma que prendieron fuego a otras estructuras del local, lo que desató el pánico entre los asistentes, muchos de los cuales trataron de buscar la salida entre el humo.
El primer ministro rumano, Victor Ponta, ha anunciado este miércoles su dimisión, y por tanto la de todo su Gabinete, tras el incendio del club en Bucarest que se ha cobrado ya 32 muertos. Ayer, miles de personas salieron a las calles de la capital rumana para exigir la dimisión del Ejecutivo y responsabilidades por la tragedia, rodeada de irregularidades. El socialdemócrata Ponta, que perdió las elecciones presidenciales en noviembre y que está imputado en varios casos de corrupcion, estaba ya en una situación muy débil dentro de su partido.
“Presento mi dimisión como primer ministro", ha declarado Ponta en una intervención televisada. "Y espero que la dimisión del Gobierno satisfaga a las personas que han salido a la calle”, ha dicho. Su inesperado gesto busca tranquilizar a una ciudadanía exhausta por los múltiples escándalos de corrupción que gangrenan el país, y para la que el caso del Club Colectiv —un local que se ha descubierto plagado de anomalías sobre las que planean sospechas de connivencia de la Administración— ha sido la gota que colma el vaso.
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